Salimos a pie por carretera hacia el Fuerte de Navidad, tomamos
el primer desvío por la derecha, superando la valla que nos avisa de la zona
militar por la que transitamos; a medida que cogemos altura ...
... vamos viendo las
instalaciones del Arsenal Militar, la ciudad de Cartagena y los Puertos deportivo,
pesquero y comercial.
En una de las muchas curvas aparecen los restos de un
baluarte junto a la muralla ...
... y está presente la candililla (Aristolochia baetica),
especie iberoafricana de hierba perenne trepadora, antiguamente se usaba para
provocar el parto a las embarazadas.
Llegamos al Castillo de Galeras o Fuerte de Galeras. En el
reinado de Carlos III (1759-1788), se edificaron los castillos dirigidos por
los ingenieros militares Zermeño y Llobet: Castillo de los Moros, Castillo de
la Atalaya, Castillo de Galeras y Castillo de San Julián. En esta época se
finaliza la Muralla de Carlos III, de la que actualmente se conservan varios
tramos.
El Castillo de Galeras debe su nombre al tipo de barcos refugiados
bajo él, la fortaleza original fue modificándose a medida que cambiaban las
técnicas de fortificación, los barcos y las armas; se eleva a 219 m en la
cumbre del Monte de Galeras ...
... su planta rectangular de cinco baluartes, alberga
un patio que reparte los accesos a las estancias y la terraza; con el objetivo
de resistir mejor el fuego de artillería enemiga, los dos bastiones y la
cortina del sector sur se hallan reforzados, el resto están huecos y dotados de
bóvedas a prueba de explosiones.
En la terraza se halla el edificio de dos
pisos que albergaba el semáforo (sistema de comunicaciones a través de
banderas).
Desde el fuerte parte la muralla de Carlos III que proteje
el área urbana y el Arsenal, junto a las baterías de la bocana y los fuertes, complejos
sistemas defensivos, diseñados por los ingenieros militares españoles del siglo
XVIII.
Descendemos volviendo sobre nuestros pasos, hasta girar por
empedrada pista con cadena; pronto vemos el espigón del puerto con un submarino
remolcado saliendo de la bocana ...
... el fondeadero del Empalmador Grande, Cala
Cortina, el Castillo de San Julián, la Batería de Trincabotijas y parte de la Dársena
de Escombreras.
En el cruce ascendemos por la izquierda con vistas del
Fuerte de Galeras ...
... rodeando una cota de 91 m ...
... accedemos a la Punta de la Podadera
y su antiguo faro, funcionaba en paralelo al de la isla de Escombreras,
batiendo la entrada al Puerto de Cartagena; su primera iluminación aconteció el
15 de julio de 1856. Las autoridades militares reclamaron su traslado donde no
estorbase el buen servicio de los cañones, siendo trasladado a la parte más
saliente de la Punta de Navidad ...
... entrando en servicio nuevamente el 18 de
agosto de 1866. Apenas transcurridos 19 años, dejó de ser útil a la navegación,
fue suprimido al entrar en servicio los de Navidad y de la Curra en el año
1885.
Abajo del edificio del faro, se halla la explanada con la batería
subterránea de la Podadera. La decisión de la Monarquía de que la flota de
Galeras de España invernase en Cartagena (1667-1670), exigía proyectos que
reformaban las fortificaciones, y mejorasen las infraestructuras portuarias al
nuevo reto.
Se estableció una batería en La Podadera (San Juan de la
Podadera), que combinase sus fuegos con la de Trincabotijas, impidiendo la
entrada de buques enemigos en la rada cartagenera, pionera de este tipo en la
defensa, en disparar a la línea de flotación de los navíos, exigía para el
disparo de costa unos asentamientos de baja cota para realizar tiro rasante.
Las
obras no quedarían finalizadas hasta bien entrado el siglo XVIII, en el año
1.895 entraban en servicio dos cañones Krupp con un alcance de 12.200 m.
Desfasada
en 1940, las piezas fueron desmontadas para enviarlas a Tarifa, donde fueron emplazadas
en la batería de Canteruela, reforzando el control español del Estrecho de
Gibraltar.
Ascendemos por sendero al complejo militar sobre el Soto de
la Podadera, donde encontramos la Batería General Fajardo, dentro del complejo
denominado como C-4 (constituido por las baterías de San Fulgencio, General
Fajardo y La Podadera) ...
... compuestas por dos de obuses y una de cañones agrupadas
de cuatro en cuatro piezas homogéneas. Las 4 piezas se montaron a barbeta, por
lo que aún es visible su planta circular.
Tras los sucesos acaecidos durante la
Guerra Civil (1936-1939), la batería fue perdiendo importancia militar, hasta
que se desartillan los últimos obuses en 1960, quedando como depósito de municiones.
Su abandono en 1994 la dejó expuesta a la ruina y el expolio.
Entramos en el abandonado cuartel,
articulado en torno a un
patio central ...
... que distribuye a las salas en dos plantas; construido de acuerdo
con el Plan O'Donnnell de 1.860, para el alojamiento de la tropa que servía en
las baterías conjuntas.
Tomamos el mantente ...
... descendemos con vistas en una curva de
las entradas marítimas pertenecientes a las dos Algamecas;
bordeamos la Batería
de San Fulgencio (Collado o 47 Baja), construida en 1.740 para 5 cañones
artillados a barbeta, su misión era
impedir el bombardeo y desembarco en las inmediaciones de la Algameca Grande y
Chica, perdió su importancia estratégica cuando funcionó la de La Parajola en
1.930.
Llegados al cruce por donde vinimos, tomamos por la
izquierda entre rocas y matorral ...
... un sendero que se torna aéreo bajo los
escarpes rocosos del Monte Galeras,
con preciosas vistas ...
... nos saca en la
desembocadura de la Rambla de Benipila a la Algameca Chica, asentamiento de
barracas cuya primera casa esta datada en el año 1778 ...
... conviven unas 100
familias en casas de madera y cemento coronadas por tejados de uralita, construidas
casi sobre el agua, como en Shanghái,
comparten un generador y cada vecino dispone
de sus cubas de agua; no están inscritas en ningún sitio "Se traspasan con
un apretón de manos”.
Hay cinco administraciones implicadas: Defensa,
propietaria del terreno, el Ayuntamiento, la Comunidad Autónoma, Costas y la
Confederación del Segura.
En 1881 había cinco viviendas y una taberna, estamos
ante un poblado con dos siglos de historia, donde la barraca de la tasca tiene
96 años.
Declararlo Bien de Interés Cultural además de complicado, conlleva una
normativa difícil de cumplir a un lugar y gentes acostumbradas a vivir bajo sus
propias reglas, reproduciendo un válido esquema de convivencia y gestión.
De vuelta al aparcamiento por pista,
vemos los barquitos
amarrados en este original y tranquilo lugar ...
... así como el puente artesano ...
... que
comunica a pie con la otra orilla.
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